sábado, 4 de octubre de 2008

¿QUIÉN ME DEVUELVE EL MES DE AGOSTO?

Como cada día, Judith acudía al trabajo por la inercia de la costumbre. Ensimismada en sus propios pensamientos tecleaba, mientras sus compañeros hacían bromas y charlaban animadamente. Aquella tarde estaba pasando más lenta de lo normal y sólo podía pensar en que el reloj marcase las 22h para regresar a su guarida. Sentía en su pecho un dolor intenso, una afilada navaja clavada en el costado; más dolorosa aún, el peso de sus malos recuerdos, la impotencia, el rencor ajeno y el peso de su conciencia. Sonrió falsamente sin mirar a los ojos de Cecilia, se levantó de su asiento y se dirigió hacia el único espejo habilitado en aquella sombría oficina. Aunque se sentía sola navegando en sus pensamientos a la deriva, necesitaba estar sola también presencialmente en aquél pequeño habitáculo llamado “aseo”. Se contemplaba en el espejo tratando de hallar una respuesta, no sintiéndose identificada con lo que veía y en su cansado rostro, brotaban lágrimas de amargura. Sólo allí se sentía a salvo, pero sabía que tendría que salir y continuar con su labor. Regresar a aquél mundo (que otras veces se le había antojado tan maravilloso), le estaba costando demasiado; se secaba las lágrimas, respiraba con fuerza y se decía internamente “vamos allá”.
Así fueron pasando los grises y largos días uno tras otro, todos iguales y sólo encontraba consuelo en los seres a los cuáles abría su corazón. Sólo estaba tranquila durante las breves horas de sueño, relajación ficticia que se convertía en sueños inquietantes, para dar lugar a la ansiedad más perturbadora cuando la luz asomaba, cuando abría sus preciosos ojos verdes y el sentido de la cruel realidad afloraba en sus primeros y más madrugadores pensamientos. “Esto no puede durar siempre” -se repetía- y ciertamente, como el que cae en lo más profundo de los infiernos, resurge de sus cenizas y se hace más duro y fuerte, capaz de enfrentarse al más temido ejército de rencores y maldades humanas. Ya no toma a diario la pastilla de dos colores, ya no tiene pesadillas en las que es humillada, ni siente esa navaja penetrante que no le permitía apenas respirar, alimentarse y continuar con su quizás prometedora vida llena de sorpresas. Ya no lloraba ni buscaba aquellos momentos de soledad frente al espejo pero con el paso del tiempo, sólo podía preguntarse… ¿Quién me devuelve el mes de agosto?
By Núri@

9 comentarios:

-- dijo...

A esto se le llama depresión post vacacional o del cambio de estación... madre mia... yo estoy contenta de que haya empezado esta rutina... mucho calor, a dias pegajoso... no se podía hacer deporte sin empezar a sudar al primer segundo, ahora el tiempo da más tregua.... ponle colores a tu otoño!

Anónimo dijo...

Refleja un periodo de tu vida amargo, melancólico, un periodo que esperas que no se repita, y que cualquier persona humana puede verse atrapada. Pocas personas mueren de amor, aunque sí es cierto que se puede morir de amor... Sirva de ejemplo, pues, para el prójimo esta experiencia...

Te animo a que sigas escribiendo y algún día florecerá tu gran NOVELA!....

Saludiños, Luis Alberto

N ú r i @ dijo...

Hola Luis, como ya te dije esta mañana cuando hablamos, no es un relato "autobiográfico" ó quizás si, porque todos hemos pasado etapas grises ó momentos difíciles en nuestras vidas. Lo único que quería resaltar es que no merece la pena ese "sin vivir", pues aunque a veces resulte inevitable, al final todo se supera y sólo nos queda lamentarnos por el tiempo que hemos perdido sufriendo. Me gustó el relato que te publicaron. Un besitoooooooooo.

Ligia dijo...

Me gustó tu relato, Nuria. A veces nos sentimos así (hablo por mí), pero siempre me digo que tengo que superarlo para luego no lamentarme. Por cierto, es lógico que te guste James Spader, más acorde con tu edad. Es un actor que pasa muchas veces inadvertido a pesar de la cantidad de películas y series que ha hecho. Abrazos

Una dijo...

Antes de nada te pondré la nueva dirección de Susi http://bibliotecariadospuntocero.blogspot.com/

Ramón María dijo...

inquietante relato, espero que no sea muy personal y de ser así vaya!!.


Agur un saludo.

Susi dijo...

Hola Núria!
nadie nos devuelve el mes de agosto! Sólo queda pensar que esos meses que cualquier persona pasa deprimida, no son tiempo perdido sinó un camino necesario para el crecimiento personal. Despues de cada depresión renace una persona más fuerte, que ha sido capaz de remontar un mal momento y tiene más conocimiento de sus capacidades y de sus debilidades.
Aprender a gestionar nuestros sentimientos. No es fácil, pero es un camino lleno de retos que vale la pena recorrer.
Un beso!!
Susi

N ú r i @ dijo...

Totalmente de acuerdo contigo Susi. Nadie nos va a devolver el mes de agosto, pero una vez superado el bache somos mucho más fuertes y capaces de enfrentarnos a nuestras debilidades. Un crecimiento personal importante. Un abrazo muy fuerte.

Montxu, gracias por pasarte por aquí. No sé si es inquietante, pero es la realidad de muchas personas. Un besito.

Ligia, gracias por tus palabras. A veces por la juventud y falta de experiencia, no sabes controlar las emociones pero atravesar una serie de circunstancias difíciles nos pueden ayudar de cara al futuro, a aprender a canalizar estas emociones, racionalizarlas y controlarlas. James Spader está un poco mayorcete también, pero... como un queso, vamos!

Tere, gracias por ponerme en contacto con Susi por segunda vez.

NURIA CORRAL dijo...

amiga nuria este mes de agosto te lo va a devolver el año que viene, ya veras como es deja a este a la altura del betun y te ries de lo que fue este, un beso