jueves, 17 de junio de 2010

LA SAL DE LA VIDA...

Esta pasada madrugada he terminado de leer "La sal de la vida", de la escritora francesa Anna Gavalda. Ya conocía a la autora por libros como "La amaba", "El consuelo" (libro que tengo pendiente por leer en mi estantería) y "Juntos nada más" (del que vi la entretenida película interpretada por Audrey Tautou -la chica de "Amelie"-). Tengo ganas de conseguir su primera obra y con la que Gavalda saltó a la fama, "Quisiera que alguien me esperara en algún lugar".
"La sal de la vida" es un breve libro de fácil lectura, ameno y con un trasfondo melancólico pero muy positivo, dinámico. Narra las vidas de cuatro hermanos (Garance, Lola, Vincent y Simon) que ya adultos, consiguen hacer "una burbuja" en sus vidas (desaparecen de una aburrida boda de un familiar) para juntarse y rememorar tiempos de infancia. Es una historia que a todos los que hemos tenido hermanos, nos hace recordar ese vínculo tan bonito y esas vivencias que te unen para siempre con unos seres en los que te reflejas e identificas, con los que has crecido compartiendo alegrías y superando muchas veces traumas familiares ó personales. Los cuatro hermanos en tan pocas horas, consiguieron retornar a otros tiempos, olvidándose de trabajos, estudios, responsabilidades, de hijos y de divorcios, pero finalmente, aunque contentos por reencontrarse, también son conscientes de que ahora tocaba romper vínculos y "despegarse" de la infancia para regresar cada uno a su vida.
Un libro desenfadado y espontáneo que os recomiendo.

miércoles, 16 de junio de 2010

UNA CURA DE HUMILDAD...

Por fin llegó el día en que España se estrenaba en el mundial. Vi el partido y la verdad, me lo pasé en grande escuchando a los comentaristas pletóricos de confianza al inicio augurando goleada y viendo cómo a medida que pasaban los minutos iban cambiando sus comentarios a frases más pesimistas del tipo "no pasa nada, este es el mejor partido que podemos perder". Me parto!, y es que al final, los grandes perjudicados si España es eliminada, son ellos mismos (periodistas, medios de comunicación), ya que pese al gran despliegue en Sudáfrica (por no hablar de Manolo "el del bombo" en un amago de patriotismo rindiendo pleitesía a Felipe y Letizia en Durban), me temo que las audiencias caerían en picado. Como os decía, me divertí un montón ante la situación (pese a querer que ganase España, por supuesto) y a modo de reflexión, -aunque bien es cierto que los jugadores no son culpables de tal euforia previa-, quiero manifestar mi contrariedad por este mundo futbolístico en el que se mueve tanto dinero y unos chicos tan jóvenes se creen "los amos del mundo" simplemente porque hacen lo que más les gusta y porque periodistitas de tres al cuarto les encumbran como dioses a su conveniencia. El más contento con esta historia del mundial es Zapatero, que debe estar encantado al ver cómo los "españolitos" por un momento, dejamos al margen nuestras penurias económicas, nuestra falta de trabajo, nuestra desconfianza en que el gobierno tome medidas resolutivas y todo por animar a "la roja". Por lo dicho, que pierda España es más grave que la derrota de un simple partido, es despertar del sueño, es recobrar la razón y abrir los ojos a la cruda realidad de nuestra sociedad...

domingo, 13 de junio de 2010

COLLARES LARGOS...

El pasado fin de semana por fin hice una reestructuración de mi armario; fuera toda la ropa de invierno y dentro la de verano!. Trabajo arduo y poco práctico, ya que con el tiempo que hizo esta semana, he tenido que acabar rescatando de las cajas los jerséis de invierno que ya estaban guardados (¡!)... Pues nada, deseando que salga pronto el sol, me puse a crear estos collares largos que espero lucir (ó deslucir, según se mire jiji) muy pronto y como me apetece mostrarlos al mundo, aquí os dejo esta pequeña muestra. El martes salgo de viaje, me voy de nuevo de vacaciones (qué bien vivo!) así que Lorenzo, aparece yaaa...










domingo, 6 de junio de 2010

24 HORAS EN LA VIDA DE UNA MUJER...

En 24 horas también he dado por concluída esta magnífica lectura. Es la tercera novela que leo de Stefan Zweig y a medida que voy leyendo, me parece más increíble que las narraciones que describen tan puramente los sentimientos de una mujer, hayan salido de la pluma de un hombre nacido en 1881. No me deja de sorprender la descripción tan amena y profunda sobre sentimientos humanos y hechos apasionados en los que nos podemos sentir claramente identificados en algún momento de nuestras vidas. La trama de esta novela transcurre en una pensión de la Riviera en la que sus pocos huéspedes burqueses entablan una curiosa relación. Un día, aparece un joven con gran encanto y Madame Henriette (una mujer casada y con dos hijos), tras conocerle brevemente, decide fugarse con el joven abandonando a su familia. Es entonces cuando afloran en el resto de los habitantes de la pensión sentimientos de rechazo, de ira y las críticas más fervientes hacia la mujer "impura y despreciable". El narrador de la historia a pesar de todo, se muestra comprensivo con esta pobre mujer que ha sido capaz de dejar atrás una vida estable, manifestando... "Parece que muchas personas experimentan cierto goce en juzgarse más fuertes, más morales y más puras que aquellas que son "fáciles de seducir". Yo, personalmente, encuentro más digno que una mujer ceda a su instinto, libre y apasionadamente..."
Esta discusión, es escuchada atentamente por la anciana Mrs. C., la que guarda un secreto vital que sólo contará a nuestro protagonista, al saber que este, no la despreciará ni juzgará por lo que hizo por un hombre en 24 horas en Montecarlo hace muchos años... ¿Es capaz una mujer de dejarlo TODO por seguir un estado de enajenación apasionada? ¿Es por ello que deba avergonzarse para el resto de sus días y ser repudiada por quien es incapaz de comprender tales arrebatos de pasión?
Me ha gustado muchísimo esta novela y me he sentido profundamente identificada con Mrs. C. Yo también sentí aquella fuerza que te arrastra al abismo hace años, me dejé llevar por ella, sufrí las consecuencias del rechazo y la incomprensión y lo que es peor, el castigo de la conciencia por haber hecho daño. Pero el tiempo, apacigua a la fiera y hoy por hoy, no me arrepiento de nada y volvería a dejarlo TODO por aquel sentimiento que me enajenaba y hacía arder con toda intensidad...