miércoles, 24 de marzo de 2010

DIARIO DE UN VIAJE A LISBOA (VI)...

El miércoles 24 de marzo, ya que era nuestro último día completo en Lisboa, decidimos pasear por Restauradores bajando casi hasta la Plaza del Comercio y cogimos en la Rua da Conceiçao el turístico tranvía nº 28 (antiguo tranvía de madera que tiene un recorrido de casi diez kilómetros y permite disfrutar de los barrios más pintorescos: Graça, Mouraria, Alfama, Baixa, Chiado, Madragoa y Barrio Alto). El billete tiene un precio de 1,40€ pero nosotros llevábamos la tarjeta 7 colinas. Íbamos hacia el precioso barrio de Alfama y nos bajamos en la parada que está a la altura del mirador de Santa Luzia (el Castillo de S. Jorge se encuentra a unos 100 metros cuesta arriba). Compramos la entrada (5€) y entramos al castillo (monumento nacional desde 1910 de estilo árabe en el que destaca un cuadrilátero irregular del que sobresalen numerosas murallas y 11 torres cuadrangulares). En mi opinión, además del castillo, lo que más merece la pena de esta visita son las preciosas vistas de Lisboa (habíamos fotografiado la ciudad desde los dos frentes, días antes desde el elevador de Santa Justa y ahora desde el castillo, veíamos la Baixa, Chiado, el puente 25 de abril a un lado y los edificios más altos y modernos de la Lisboa en su parte oriental, al otro). Para que os hagáis una idea...


Salimos del castillo de San Jorge y bajamos hasta el mirador de Santa Luzia donde acompañamos al tranvía nº 28 en su subida para contemplar el precioso barrio de Alfama. En las inmediaciones (Campo de santa Clara), hay un mercadillo estilo al rastro en Madrid (Feira da Ladra ó mercado de la ladrona, ya que antiguamente era un mercadillo en el que se comercializaba con objetos robados) los martes y sábados hasta las 18h. Puedes encontrar un poco de todo pero lo mejor es el ambiente que hay. También destacar la iglesia de Santa Engracia.

Deshicimos nuestros pasos por donde habíamos subido en Tranvía y bajamos hasta la Catedral (Sé), uno de los monumentos más emblemáticos y antiguos de la ciudad (a pesar de haberse visto afectada por el terremoto de 1755, aún conserva varios elementos románicos y góticos). En la Sé, destacan un enorme rosetón y 2 campanarios gemelos. La Sé, es considerada monumento nacional y en ella, se realizan actividades como conciertos de órgano y canto gregoriano. Su visita, es gratis de 9 a 18,30h y con un precio de 2,5€ el claustro y el Tesoro y hay que tener en cuenta que cierra los domingos. Al lado de la catedral hay una pequeña tasca (a tasca da Sé); las guías que he leído la recomiendan para comer por su comida casera y económica. También se puede visitar el Museo del Fado, el Palacio de Azurara, la iglesia de S. Vicente de Fora, el Palacio Teles de Meneses, la Casa dos Bicos, las termas romanas (para acceder a ellas hay que abrir una trampilla que hay en la rua Conceiçao -entre la rua Augusta y rua dos Correeiros-)...



martes, 23 de marzo de 2010

DIARIO DE UN VIAJE A LISBOA (V)...

La tarde del martes decidimos pasarla en la zona más oriental de la ciudad. Cogimos el metro en Cais do Sodré hacia la impresionante estación de Oriente (construída por el arquitecto español Santiago Calatrava). A la salida de la estación, cruzamos hacia el centro comercial Vasco de Gama (en su planta baja conduce directamente hacia la estación) y pasamos todo el centro y a su salida, nos encontramos con el Parque de las naciones (a la salida del centro comercial, hay una caseta de información y se puede comprar la tarjeta del parque con importantes descuentos). Paseamos a la orilla del Tajo observando los distintos pabellones de la Expo 98 (el Atlántico, el de Portugal y del conocimiento), el Oceanario, la Torre Vasco de Gama (de 140 m de altura -pegada a la misma, se está construyendo actualmente un hotel de lujo-) y el larguísimo puente Vasco de Gama construído en 1998 (de casi 16 km -13 sobre el agua-) que incluso supera las medidas del puente 25 de abril. Decidimos por último subirnos al teleférico (6€ ida/vuelta) para contemplar el parque desde las alturas, nos sentamos en una de las preciosas terrazas del parque y por último, de regreso a la estación de Oriente, nos fotografiamos con la mascota de la Expo 98 (Gil).





(Continuará)...

DIARIO DE UN VIAJE A LISBOA (IV)...

El martes 23 de marzo, tras desayunar en el café Alegría, cogimos el metro en la plaza dos Restauradores hacia Cais do Sodré, donde subimos al famoso tranvía turístico nº 15E hacia Belém (creo que es de interés comentar que el lunes está cerrado el Monasterio de los Jerónimos y la Torre de Belém, por lo que es mejor no elegir este día para conocerlo). El tranvía transcurre por la avenida 24 de Julho a orillas del Tajo y a destacar en Belén, 5 cosas que no podemos dejar de conocer: La Torre de Belém, el monumento a los descubridores (con la Rosa de los vientos), el centro cultural de Belém, el Monasterio de los Jerónimos (y su precioso Claustro) y por último, una visita-degustación a la fábrica de pasteles de Belém. Si se dispone de tiempo, se pueden visitar otros lugares como el museo nacional del Carruaje (coches), el palacio nacional -entre otros-, así como la zona de Ajuda. A tener en cuenta (para orientarnos), que la Torre es lo más alejado del centro de Lisboa y la fábrica de pasteles, lo más cercano.
Dejamos el tranvía en la parada "Princessa" (es la parada más cercana a la Torre) y nos dirigimos hacia el Tajo para contemplar las preciosas vistas de su desembocadura y del increíble puente 25 de abril en la zona de Alcántara (nos impresionó al verlo de cerca cómo por la parte alta del puente transcurrían los coches y más abajo un tren) hacia el monumento del Cristo Rey (inspirado en el Cristo redentor que se alza sobre Río de Janeiro). La Torre de Belém, es un pequeño fortín construído dentro del Tajo por Francisco de Arruda -entre los años 1515 y 1519-, para proteger el puerto de Restelo. Es patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1983. Al edificio, se accede por una pequeña pasarela de madera y nosotros, sacamos una entrada conjunta (Torre de Belém+ Monasterio de los Jerónimos) por 8€ (a tener en cuenta que la entrada es gratuíta los domingos hasta las 14h). Recomiendo que el que decida subir hasta lo más alto de la Torre, se arme de paciencia ya que para subir (y bajar) sólo hay una estrecha escalera de caracol de piedra y allí se juntan los que suben y los que bajan (una sensación claustrofóbica total). Aquí tenéis algunas fotografías que tomamos de la Torre:

Seguimos caminando a orillas del Tajo hasta llegar al Monumento a los descubrimientos (tiene aspecto de una nave que se adentra en el río -está situado a la orilla del Tajo y frente al Monasterio de los Jerónimos- y fue construído en 1960 para celebrar el quinto centenario de la muerte de Enrique el Navegante. En lo alto de la proa aparece el príncipe Enrique portando una carabela en sus manos y tras él, 21 personajes históricos relacionados con los descubrimientos. En la explanada, hay un mosaico que representa una Rosa de los vientos de 52 metros de diámetro en cuyo interior hay un mapamundi donde se señalan las hazañas de los marinos portugueses).

A continuación, pasamos por el centro cultural de Belém y fuímos al Monasterio de los Jerónimos (construído por orden de Enrique el navegante el cual, buscaba remediar las necesidades materiales y espirituales de los que se acercaban a Lisboa creando una iglesia bajo la advocación de Santa María de Belém que fue donada a la orden de Cristo).


Fuímos a comer a un restaurante llamado Caseiro en la misma Rua de Belém 35 (buena elección, estaba todo buenísimo; como nota curiosa, ponían en cada mesa 2 banderas -en nuestro caso una española y otra portuguesa- y en las paredes, colgaban billetes aprisionados por monedas de diferentes países).

Cruzamos la calle hacia la Fábrica de pasteles de Belém y entramos a tomar el postre en dicho establecimiento en el que compramos los típicos pasteles de hojaldre y crema caliente (mmm riquísimos -pagamos 5,40€ por 1/2 docena)...

Dimos por concluída la estancia en Belém y volvimos a hacer el trayecto en el tranvía 15E hasta Cais do Sodré.
(Continuará)...