sábado, 20 de septiembre de 2008

VOLVER A BURGOS (CONTINUACION)

Hace mucho tiempo que tenía en mente el regresar a Burgos, ciudad en la que viví cuando contaba con 5, 6 años. Parece mentira a tan corta edad el poder tener tantos recuerdos de un lugar, pero lo cierto es que nunca olvidé los paseos por el Espolón y aquellos palos de regaliz que allí vendían, la nieve, el "Papamoscas", el sabor de un Chevalier, la deportiva militar (en donde aprendí a nadar), y tantos recuerdos que me llevé de esta preciosa ciudad.
Nos alojamos en un céntrico hotel al lado de la plaza del Cordón.


En la foto, paseando por la plaza mayor y sus soportales, pasando por debajo de la casa consistorial al paseo del Espolón, zona llena de árboles situada en el margen derecho del río Arlanzón, entre en los puentes de San Pablo y Santa María.

Tuve también la ocasión de pasear por la Avenida del Cid Campeador y llegar al nº 74 (casa en la que vivíamos) y por Las Calzadas (zona en la que mis padres compraron un piso al que nos íbamos a ir a vivir justo antes de que nos tuviéramos que regresar a Asturias). También recordé, paseando por la calle Vitoria, aquella noche de reyes en la que estuvimos esperando de pie a que pasara la cabalgata muertos de frío.

No pudimos dejar de visitar el interior de la Catedral de Burgos, monumento más importante de la ciudad y que además, es la única catedral de España declarada "Patrimonio de la Humanidad" por la UNESCO (ya que en el caso de León, tal mención no es sólo para la catedral, sino para el conjunto del casco histórico de la ciudad). Me llamó especialmente la atención la escalera dorada, el cimborrio, el órgano, la capilla de los Condestables, el "Papamoscas", etc... Es sin duda la catedral más impresionante que he visto.

También nos pasamos por San Nicolás de Bari y ya más alejados del centro, visitamos la zona de Hospital del rey, conocimos el Monasterio de Santa María La Real de Las Huelgas (zona universitaria hoy en día) y comimos por allí en un famoso asador el típico cordero lechal.

Es muy difícil sintetizar tanta información y lugares visitados; la visita a Burgos tuvo más un carácter sentimental que turístico. Me encantó pasear por sus calles y plazas, hablar con sus gentes tan "majas" y recordar mis orígenes y la ciudad que acogió a mi familia hace tantos años. Espero volver muy pronto.

4 comentarios:

Una dijo...

Por tus manos estoy conociendo lugares preciosos,y qué piedra tan limpia y clara,eres una guía estupenda.Un abrazo

Graciela dijo...

Hola Nuria,GRACIAS por este magnífico post! que belleza de fotos y parajes!!, gracias a ti he tenido un domingo de primavera turístico,jaja ojalá en breve pueda con mis propios ojos ver todo eso, sigo programando mi viaje allí, tengo una prima y amigas que me esperan y alientan. Al ver estas bellezas me hace anhelar conocerlas, que a veces ni la mejor cámara puede transmitir lo que se "siente" en verdad ante tanta imponencia edilicia , histórica y paisajística. Un abrazote inmenso cruzando el mar hasta vos..cuídate.

Anónimo dijo...

¿me invitas, pagando yo mi parte claro, a tu proximo viaje? que envidia me das lo bien que escojes tus visitas

Ligia dijo...

Tengo un recuerdo maravilloso de cuando fui a Burgos, hace ya... sopocientos años, y la Catedral me pareció de una belleza increíble. Besitos