domingo, 17 de mayo de 2009

ESTRÉS LABORAL...

Se acabó el descanso y empieza una nueva semana. Esta noche de domingo, he vuelto a sentir ese vuelco al corazón y esa sensación de vacío al pensar que mañana es día laboral y que en 8 horas sonará mi despertador en forma de alarma-móvil. ¿Qué importancia tiene esto? Me he transportado 4 años al pasado y recordado aquellas noches de domingo en las que sólo de pensar lo que me esperaba al día siguiente me ponía mala (y para colmo, tenía que ver en tv el anuncio comercial de la “gran empresa” para la que trabajaba, en prime time). Recuerdo lo que me venía a la mente al despertar, el tenso desayuno y los ánimos que me daba la persona que más me conoce y quiere, el camino en bus hacia un lugar del que sigo recordando el olor a material nuevo, el pitar de los teléfonos y el correr de compañeros por los pasillos. Quizás parte de la culpa sea mía por habérmelo tomado así, por tener que controlar siempre la situación, por ser tan sensata y por creer que debía dar el mejor servicio, rendimiento y no haber sido una despreocupada, una “viva la vida” - aunque al menos fuese de puertas para dentro-. Afortunadamente aquellos tiempos están sólo en el recuerdo; creía estaba enterrada esta sensación de “miedo paralizante”, uff… Por desgracia, supongo que esta, será la realidad cotidiana de alguna persona. A mí al menos, me ha hecho valorar lo que tengo ahora y me ha enseñado a reírme de mí misma y de mis "agonías". Espero que nadie de los que me leéis habitualmente se vea reflejado en este post. Os deseo una feliz y productiva semana laboral…

3 comentarios:

Ligia dijo...

Espero que te sea leve ese reencuentro. Yo estoy pensando ya cuando vuelva a la oficina después de dos meses que llevo de baja... Abrazos

mariajesusparadela dijo...

Empezad a dar saltos de alegría:
Hay cuatro millones de personas que os envidian (nos envidian). Seguro, seguro que algo tiene de bueno el trabajo, al menos, yo, disfruto el mio.

aqueloutrando dijo...

Que tal la semana de curro?Un abrazote.Te lo debia.