domingo, 30 de marzo de 2008

REFLEXIONES...

Últimamente, me encuentro rodeada de familiares y amigos sufriendo el desamor en sus carnes y sin quererlo (y lo que es peor, sin poder evitarlo), he tenido que asumir el pesado rol de "pañito de lágrimas". Realmente se pasa mal cuando te dejan de amar, cuando se viene abajo ese pequeño mundo que has creado con una persona especial. Cuando nos entregamos al amor al cien por cien, nos exponemos a que esto ocurra. Lo que más me fascina es el mundo de las dependencias. Como dice Rojas Marcos, "para descubrir en nosotros el amor, lo primero es amarnos a nosotros mismos". Quizás las personas más dependientes carecen de autoestima y por ello, construyen una relación patológicamente insana como consecuencia de una personalidad inmadura y débil. ¿Necesitamos amar ó amamos porque necesitamos? Las dependencias afectivas nos hacen débiles y vulnerables, además de conseguir que nos aterre pensar en una vida en soledad. Curiosamente, entre las rupturas cercanas a mi entorno, he encontrado ciertas similitudes. A modo de ejemplo, muchos de ell@s, en pareja, se habían abandonado físicamente cogiendo unos cuantos kilillos de más. Ahora que empiezan a remontar y levantar el vuelo, sienten la repentina necesidad de hacer dieta y sentir que "vuelven a estar en el mercado". Sorprendente. Otros, que habían aparcado las relaciones con sus amigos dejándolas en un tercer plano, parecen ahora haber descubierto la importancia de conservar las viejas amistades. Este post, va dedicado a todas las personas que están en fase de reinventarse, de acostumbrarse a una nueva situación, de aprender a caminar en soledad y haciendo mudanza en su corazón. Para todos aquellos que aún dedican su primer y último pensamiento diario a esa persona que "ya no está" y que ponen el piloto automático cada mañana, para que su ánimo hecho trizas, no merme sus escasas energías para enfrentarse al trabajo y a la rutina del "día a día". Y nada de sentir que habéis fracasado; sólo fracasa el que no lo intenta, el que se protege tanto que no vive. Poco a poco iréis quemando etapas y de repente la vida os sonará maravillosa otra vez. Ánimo a todos.

3 comentarios:

jose carlos dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Unknown dijo...

Tienes toda la razón aunque por desgracia la gente se da cuenta demasiado tarde.
icus Cuore

Anónimo dijo...

Hola Nuria, hace tiempo que no pasaba por aquí. Creo que llevas razón en esto que has escrito sobre la dependencia del amor, llega a ser como una droga.Posiblemente también la raíz esté en la educación y el tipo de infancia que se ha tenido. Me gusta mucho lo que escribe Rojas Marcos sobre psicología.saludos