En 24 horas también he dado por concluída esta magnífica lectura. Es la tercera novela que leo de Stefan Zweig y a medida que voy leyendo, me parece más increíble que las narraciones que describen tan puramente los sentimientos de una mujer, hayan salido de la pluma de un hombre nacido en 1881. No me deja de sorprender la descripción tan amena y profunda sobre sentimientos humanos y hechos apasionados en los que nos podemos sentir claramente identificados en algún momento de nuestras vidas. La trama de esta novela transcurre en una pensión de la Riviera en la que sus pocos huéspedes burqueses entablan una curiosa relación. Un día, aparece un joven con gran encanto y Madame Henriette (una mujer casada y con dos hijos), tras conocerle brevemente, decide fugarse con el joven abandonando a su familia. Es entonces cuando afloran en el resto de los habitantes de la pensión sentimientos de rechazo, de ira y las críticas más fervientes hacia la mujer "impura y despreciable". El narrador de la historia a pesar de todo, se muestra comprensivo con esta pobre mujer que ha sido capaz de dejar atrás una vida estable, manifestando... "Parece que muchas personas experimentan cierto goce en juzgarse más fuertes, más morales y más puras que aquellas que son "fáciles de seducir". Yo, personalmente, encuentro más digno que una mujer ceda a su instinto, libre y apasionadamente..."
Esta discusión, es escuchada atentamente por la anciana Mrs. C., la que guarda un secreto vital que sólo contará a nuestro protagonista, al saber que este, no la despreciará ni juzgará por lo que hizo por un hombre en 24 horas en Montecarlo hace muchos años... ¿Es capaz una mujer de dejarlo TODO por seguir un estado de enajenación apasionada? ¿Es por ello que deba avergonzarse para el resto de sus días y ser repudiada por quien es incapaz de comprender tales arrebatos de pasión?
Me ha gustado muchísimo esta novela y me he sentido profundamente identificada con Mrs. C. Yo también sentí aquella fuerza que te arrastra al abismo hace años, me dejé llevar por ella, sufrí las consecuencias del rechazo y la incomprensión y lo que es peor, el castigo de la conciencia por haber hecho daño. Pero el tiempo, apacigua a la fiera y hoy por hoy, no me arrepiento de nada y volvería a dejarlo TODO por aquel sentimiento que me enajenaba y hacía arder con toda intensidad...
1 comentario:
Me lo anoto, no lo conocía y tiene muy buena pinta!
Te sigo!
Una sonrisa.
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