Aquí, estoy ante el castro de Baroña, como su nombre indica, en la parroquia sonense de Baroña. Bajamos al mismo caminando, por un sendero que conduce a la playa de Arealonga. Nos desviamos a un lado de la playa y nos encontramos ante una península rocosa frente al mar, con numerosas fortificaciones y construcciones circulares.
Las construcciones que nos encontramos en el Castro de Baroña -independientemente del nivel en el que nos encontremos- son casi todas de planta circular y no se aprecian puertas de entrada o ventanas. Por lo que he leído, esto es muy habitual en los castros que han sido poco o nada romanizados, puesto que el urbanismo -como se entiende hoy en día- no llega a nuestra tierra hasta que lo traen los romanos, que junto con ellos trajeron también las casas de planta cuadrada. Así pues, una organización urbanística y viviendas cuadradas con distribución interior solo las encontraremos en los castros más tardios y que alcanzaron su apogeo bajo la dominación romana.
Con respecto al hecho de la falta de puertas y ventanas en las construcciones castreñas todavía hoy suscita debate entre la comunidad arqueológica, no obstante, la teoría con más fuerza y más sostenida es aquella en la que se postula que la puerta de entrada estaría ubicada en la techumbre de la vivienda, la cual viene reforzada por la poca altura de las paredes exteriores, mientras que la iluminación interior vendría proporcionada por un hueco en la parte más alta que también haría las funciones de chimenea permitiendo la salida del humo producido fuego que estaba siempre encendido dentro de las viviendas.
Con respecto al hecho de la falta de puertas y ventanas en las construcciones castreñas todavía hoy suscita debate entre la comunidad arqueológica, no obstante, la teoría con más fuerza y más sostenida es aquella en la que se postula que la puerta de entrada estaría ubicada en la techumbre de la vivienda, la cual viene reforzada por la poca altura de las paredes exteriores, mientras que la iluminación interior vendría proporcionada por un hueco en la parte más alta que también haría las funciones de chimenea permitiendo la salida del humo producido fuego que estaba siempre encendido dentro de las viviendas.
A un lado de este castro marítimo, nos encontramos con la playa de Arealonga, más conocida popularmente como "la playa nudista de Baroña". Esta cala refugiada entre acantilados, tiene unos 500 metros de largo y está en un perfecto estado de conservación. Según he podido leer en la web de la asociación naturista de Galicia, "la playa de Baroña se convirtió a finales de los años 70 y principios de los 80 en el bastión del naturismo gallego ya que la oposición de los vecinos de la aldea liderados por el párroco que por aquel entonces con sus sermones instigaba a los fieles a expulsar a aquellos/as que placidamente disfrutaban del sol en un cala que por lo inaccesible de la misma sólo visitaban gaviotas y delfines. Detenciones, manifestaciones, y carreras por la playa con los vecinos armados con palos y piedras corriendo tras los naturistas consiguieron que estos se organizasen y presentasen las firmas suficientes para que se declarase la primera playa nudista de Galicia, cuando administrativamente se necesitaba esa declaración para poder tomar el sol desnudos/as en la playa".
Estas últimas fotografías, están tomadas en las dunas de Corrubedo, una duna móvil que tiene 1,2 km de largo, 200-300 de ancho y 15 m de altura en su punto más alto.Debido a que no existe vegetación que la proteja, el viento arrastra la arena al interior de la llanura, por lo que pierde 2 cms de alto al año, que lo gana en anchura.A la duna se accede por medio de una pasarela de madera que parte desde el aparcamiento. Forman parte del Parque Natural Complejo Dunar de Corrubedo y Lagunas de Carregal y Vixán, declarado también Zona de Especial Importancia para Aves, Humedal de Importancia Internacional y está dentro de la Red Natura 2000.El complejo tiene poco menos de 1.000 Ha de extensión y se reparte entre las Parroquias de Corrubedo, Artes y Carreira dentro del Municipio de Ribeira.
Para llegar hasta este precioso fenómeno natural, hay que llegar a Ribeira, tenemos dos posibilidades, desde Noia por la AC-550 Noia-Ribeira o desde Padrón En Padrón podemos ir por la comarcal AC-305, o bien la VG-1.1 hasta Ribeira.Una vez en Ribeira se toman los indicadores a Corrubedo, en Olveira tomamos el indicador que hay en el lado izquierdo, y así llegamos al aparcadero de Olveira.
Por lo que he leído, hay una serie de leyendas alrededor de las dunas. Aquí os dejo una de las que me he encontrado por la red...
Cuentan que hace mucho, mucho tiempo existía en la Parroquia de Olveira una villa llamada Valverde, un pueblo muy próspero, debido a los negocios que allí se hacían y por la riqueza pesquera y agrícola.Pero la gente con el tiempo se volvió codiciosa, sólo pensaban en aumentar sus riquezas y buscar su propio beneficio, y empezaron las disputas y las envidias entre sus vecinos.Entonces el alcalde, en vez de ayudar al pueblo con sus ansias de poder, lo que hizo fue imponer altísimas rentas con lo cual todas las posesiones pasaron a su poder.Un día apareció una mujer con un niño en brazos y después de recorrer triste y apenada la villa se presentó en casa del alcalde, le dijo que era María y que le anunciaba una terrible maldición que envolvería al pueblo y él seria el primero en conocer la ira de Dios.El alcalde no le hizo caso y la echó.María se fue muy triste, por el camino a través de las pistas del Monte de la Curota, alejándose lo más rápido posible de la tragedia que se iba a producir.Camino de la Curota se encontró un labrador que le preguntó a donde iba con tanta prisa.Ella le respondió que huía de la fatalidad y que se pusiera a cubierto.Entonces una tormenta cogió toda la tierra de los caminos, la arena de las playas y como un tornado se dirigió a Valverde, donde quedó sepultada.Cuando todo acabó, el labrador se levantó asustado y desde donde estaba vio como el pueblo de Valverde estaba enterrado bajo montes de arena y barro.María continuaba andando, y el labrador le dijo que mirará como quedara Valverde a lo que ella contestó: Yo no quiero ver tal.Entonces María y el niño se quedaron inmóviles y ahí están en el Crucero de Moldes, al pié de la carretera que va a la CurotaLa villa de Valverde estaría enterrada bajo las Dunas de CorrubedoEl pueblo que está entre las Dunas y la Curota se llama Bretal (de Ver Tal) en alusión a las últimas palabras de la Virgen.
3 comentarios:
Muy bonito el reportaje y las fotos, sobretodo la primera. Besines desde Asturies. VVV.
No conocía nada de lo que has escrito,sabía que existían los castros pero no había visto ninguno,es muy interesante todo lo que cuentas y las fotos están muy bien,qué preciosidades de lugares y paisajes teneis por esas tierras.Un abrazo.
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